Podrá visitarse hasta el próximo 4 de noviembre en el horario habitual de la Oficina de Turismo de Guadix
La concejala de Participación Ciudadana,
Fiestas y Juventud del Ayuntamiento de Guadix, Beatriz Postigo Hidalgo, ha
acompañado esta mañana a Francisco Suárez Cruz en el acto de inauguración de la
exposición de fotografías y presentación del libro “San Torcuato, el paso del
tiempo”, una obra que muestra la huella de los que habitaron esta aldea
accitana hasta hace unos años.
Tal y como se ha puesto de manifiesto en la
presentación, “los lugares los hacen las personas que han vivido en ellos”. Y
eso es precisamente lo que pretende mostrar el trabajo de este autor de origen
“catero” (que es como se denomina a los que allí habitaron). Para ello ha
realizado una serie de entrevistas a personas que vivieron en San Torcuato (con
la peculiaridad de que la mayoría son familia suya). Francisco Suárez Cruz
brinda así un homenaje muy especial a ese lugar al que se sigue manteniendo
vinculado a pesar del tiempo y la distancia (puesto que actualmente reside en
Tarragona). La exposición podrá visitarse en la Oficina de Turismo de Guadix
hasta el próximo 4 de noviembre.
Más información sobre
“San Torcuato, el paso del tiempo” (unas palabras del
autor)
“Este libro pretende dar a entender la manera de
vivir de nuestros antepasados en una aldea llamada San Torcuato, perteneciente
a Guadix (Granada). San Torcuato se compone, principalmente, de un convento,
una iglesia y varias cuevas. Actualmente no habita nadie y son pocas las cuevas
que se mantienen en perfecto estado, ya que la mayoría están derrumbadas o
saqueadas.
Para entender mejor la
convivencia del lugar, se ha realizado un reportaje fotográfico de dichas
cuevas y de sus alrededores. Con la intención de entrar más en profundidad, se
han llevado a cabo entrevistas a personas que han vivido en el lugar y,
posteriormente, han sido transcritas por una colaboradora y descendiente de los
habitantes del lugar, Andrea Suárez Revenga.
Las preguntas de las entrevistas engloban temas
sobre la vida cotidiana, tales como la alimentación, el aseo personal o la
recogida de agua para lavar o dar de beber a sus animales. Además, también se
destaca la convivencia entre habitantes de la aldea y alrededores, su
profesión, la manera de celebrar ciertos eventos festivos y la relación entre
los miembros de la aldea y los monjes del convento.
Además, se han realizado fotos del convento, donde
podemos observar el deterioro del paso del tiempo, causado por el mal uso de
personas que lo han saqueado y dejado pintadas y objetos que provocan mala
imagen, como envases de bebidas alcohólicas. Esta mala práctica también se ha
observado en muchas de las cuevas de la aldea.
Otra parte fotografiada ha sido la iglesia, la cual
se mantiene cerrada bajo llave, con tal de evitar su saqueo y mal uso por parte
de algunas personas. Para mantener la iglesia en buen estado, unas personas,
descendientes del lugar y que actualmente viven en Benalúa, la limpian. En esta
iglesia y también en la aldea, se celebra una fiesta una vez al año dedicada al
santo del lugar, San Torcuato.
Al final del libro, se incorporan imágenes
cedidas de miembros de la aldea, las cuales superan los 60 años de antigüedad”.
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