Se dice que en el Barrio de San Miguel de Guadix se localizaban los musulmanes más recalcitrantes de Wadi As. Fue allí donde se urdió una trama para
asesinar a Isabel la Católica durante el cerco de Málaga. Los informes eran que
la ciudad, aunque resistía, no tardaría en caer, lo cual haría muy difícil
resistir en el resto del Reino.
Fue
entonces cuando surgió la figura de un Santón local, Abraham el Garbí, que
tenía un plan para acabar con la amenaza cristiana que pasaba por asesinar a su
reina. Con un encendido discurso reclutó a 400 correligionarios y partió hacía
Málaga. En las cercanías del campamento cristiano pidió a su tropa que esperase,
pues él sólo se disponía a ejecutar su plan. El Garbí consigue llegar hasta las
cercanías de la tienda real, diciéndoles a los que salían a su paso que traía
un mensaje de gran importancia para la Reina. Abraham, que no había visto a
muchas soberanas, desenvainó su puñal en cuanto vio a una dama de noble porte.
Era la bella Beatriz de Bobadilla, una de las damas de Isabel. Llegó a herirla
pero la guardia evitó un fatal desenlace. Para quien sí fue letal fue para el
propio Garbí, que resultó muerto en el acto.
Llama la atención que, por segunda vez, un Regicidio fuese maquinado en Wadi As, puesto
que antes también se urdió el atentado contra el padre de Isabel la Católica,
Juan II de Castilla, a través de un físico
judío apellidado el Guadixi. Se dirigió éste a Castilla con unas hierbas para
ejecutar su plan que finalmente no tuvo resultado.
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