lunes, 3 de abril de 2017

Las obras de mantenimiento del Teatro Romano de Guadix sacan a la luz los restos de dos nuevas gradas de la ima-cavea y sillares de lo que podría ser la entrada oriental




 

Durante estos días, los restos del Teatro Romano Acci de Guadix se encuentran inmersos en un completo proceso de obras de mantenimiento destinadas a paliar los efectos de las últimas lluvias de invierno. Además de la retirada de hierbas y tierra, se está adecuando el itinerario de visitas. Pero la actuación principal es, sin duda, la re-excavación de la orquesta, un proceso que no se ha podido llevar a cabo durante los meses de noviembre a marzo debido a las condiciones meteorológicas.

 

Según explica el arqueólogo director del Teatro Romano, Antonio López, se han consolidado los taludes de la cavea. Y se ha iniciado la recuperación de la orquesta, un proceso que ha sacado a la luz restos de lo que serían una segunda y una tercera grada de la ima-cavea. Se está trabajando además en la definición de unos sillares que han aparecido en la parte más cercana a la catedral (junto al talud de contención) que podrían corresponder a la entrada oriental del teatro.

 

Unos trabajos y unos hallazgos que el concejal de Turismo, Iván López Ariza, valora muy positivamente puesto que permiten seguir avanzando en la puesta en valor de este importante recurso patrimonial, turístico y económico. Al tiempo que evidencian la importancia de estos restos y el buen grado de conservación de los mismos.

 

Más información sobre el Teatro Romano de Guadix (extraída del folleto informativo)


El Teatro Romano de Guadix es uno de los símbolos vivos y de primer nivel  de la época romana en la ciudad.

Fue descubierto de manera fortuita en 2007, durante la construcción de un parking público en la conocida como “Huerta de los Lao”, una de las huertas históricas de la ciudad medieval.  Fue el comienzo de una bella historia.

El Teatro Romano de la Colonia lulia Gemella Acci es uno de los tesoros más impresionantes de la ciudad de Guadix, comparándose en importancia a los teatros de Mérida y Cartagena.

La decisión de fundar una colonia romana en el lugar que hoy ocupa Guadix la tomó  Julio César,  poco después de la batalla de Munda (marzo de 45 a.C.), para albergar en ella a los veteranos de la Legio Prima y la Legio Secunda. La instalación de la colonia a partir del 29-27 a.C. llevó implícito un programa constructivo, de tal calibre que, forzosamente dejó restos arqueológicos de consideración.  A lo largo de las intervenciones arqueológicas desarrolladas en Guadix en los últimos 20 años se han comenzado a vislumbrar en distintos puntos de la ciudad elementos de la urbanística romana y parte de sus edificios monumentales, como termas, cloacas, casas e, incluso, los posibles cimientos de un templo. 

El Theatrum de Guadix era un conjunto monumental de casi 6.000 m2 levantado en tiempos del emperador Tiberio, a principios del segundo cuarto del siglo I d.C  Su construcción es reflejo de la propaganda imperial y surge ante la necesidad de ofrecer actividades de ocio a la población. Las representaciones eran sufragadas por los magistrados y ediles de la ciudad como parte de su cursus honorum (carrera política). El edificio estuvo en uso hasta finales del siglo III , cuando se abandona, y se convierte en cantera de materiales para otras construcciones. A finales del siglo XI, los musulmanes aún extraían sillares del frente escénico para usarlos como cimientos de las torres de la muralla medieval.

El teatro, del que se han excavado unos 2.000 m², se articulaba en torno a tres partes: la scaena (que engloba el escenario y todos los elementos y salas para el funcionamiento de las representaciones), la orchestra (espacio semicircular que separa el escenario del graderío, con un diámetro de 19,80 m y construida con base de sillares de arenisca de gran tamaño perfectamente encajados entre sí, sobre los que se dispondrían las losas de mármol y otros materiales suntuosos) y la cavea o graderío que, con un perímetro exterior de 73 metros, tendría capacidad para unas 4.000 personas.  Según los estatus sociales de la época, así tomaban asiento dentro de la Cavea, incluso había una legislación sobre ello. La parte inferior y más próxima al escenario, estaba reservada para los miembros del Orden Ecuestre, la parte media reservada para ciudadanos libres y soldados y por último, en la parte alta del graderío o cavea se sentarían los esclavos, mujeres y otros grupos de baja condición social.


Tras el escenario se encontraba en una terraza inferior el porticus post scaenam, zona porticada de jardines de 50 metros de largo y una anchura de al menos 30 m. El sondeo realizado junto a la puerta occidental muestra como este espacio se abandonó de forma violenta en la segunda mitad del siglo I d.C a causa de una fuerte inundación que lo colmató con cuatro metros de barro. Por tal motivo, es probable que el interior se encuentre tal y como estaba en uso a finales del siglo I d.C, con los estanques, columnas y estatuas propios de estos lugares.

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