La gran participación en el Cascamorras Infantil ya lo hacía presagiar: la
de hoy ha sido una multitudinaria carrera que ha llenado las calles de Guadix
del color de sus cerros (un curioso tono arcilloso que da como resultado la
mezcla de colores y agua que se utilizan para esta Fiesta). José Manuel
García Plaza, Maíllo, ha dedicado algo más de dos horas y media en recorrer la
distancia que separa la estación, desde donde sale, de la Iglesia de San Miguel,
donde finaliza el recorrido. Y lo ha hecho acompañado de miles de personas que
no han querido perderse la ocasión de vibrar con la fiesta, declarada de
Interés Turístico Internacional.
A pesar de la masiva afluencia de
gente, la carrera se ha desarrollado sin incidencias y ha contado con una
perfecta coordinación entre los diferentes cuerpos de Policía Local, Guardia
Civil, Protección Civil (que se ha visto reforzada con voluntarios procedentes
de la Agrupación de Granada) y Bomberos (que como siempre han refrescado el
recorrido con sus mangueras en diferentes puntos y han lanzado espuma al final
del mismo).
Precisar una cifra de participantes
ha resultado hoy difícil para la Hermandad de la Virgen de la Piedad y su
Presidente, Juan López Lechuga, ya que había gente tanto en la carrera como de
público repartida en diferentes tramos. Con todo, sí que se puede afirmar que
la participación ha superado la del año anterior (que ya fue calificada como la
más multitudinaria recordada hasta entonces y se calculó que contó con unas
doce mil personas entre corredores y público). Como novedad este año se ha
notado la presencia de muchos más corredores y menos gente como público. Es
decir, cada vez son más los que se animan a adentrarse en la carrera, siendo
también cada vez más las que lo hacen en familia.
El respaldo institucional desde
diferentes administraciones ha sido también muy importante. Y lo mejor es que
prácticamente todas ellas se han animado a vivir la carrera desde dentro. Además
de la alcaldesa accitana, Inmaculada Olea Laguna, y de varios concejales de la
corporación municipal, han recibido en el balcón al Cascamorras y su comitiva
tres delegados provinciales: el delegado de Cultura, Guillermo Quero; el delegado
de Agricultura, Manuel García; y la delegada de Fomento y Vivienda, Mariela
Fernández-Bermejo.
También ha habido una nutrida representación
de la Diputación provincial: el diputado de Turismo, Enrique Medina; el
diputado de Obras Públicas y Vivienda, José María Villegas; el diputado de
Economía (además de concejal en el Ayuntamiento de Guadix y Cascamorrero),
Manuel Gómez Vidal; y el diputado de la oposición Jesús Lorente. A lo que hay
que sumar la presencia este año del alcalde de Baza (también vicepresidente
primero de la Diputación provincial), Pedro Fernández.
Junto a ellos, el Presidente del Patronato de
la Alhambra, Reynaldo Fernández. La concejala de Cultura de Celanova, Pilar
Regueiro. Y el máximo responsable de La Ciudad Accesible, Antonio Tejada.
Además de otros alcaldes como el de La Mojonera. No ha faltado tampoco la
participación del Obispo, Ginés García-Beltrán, que ha recibido al Cascamorras
desde uno de los balcones de las dependencias de la diócesis. Y respaldando al
Cascamorras, miembros de la Hermandad de la Virgen de la Piedad, de la
Asociación del Cascamorras en Guadix y muchos de los que en ediciones
anteriores han encarnado a Juan Pedernal.
La relevancia que año tras año va
adquiriendo la fiesta se nota también en el interés que suscita en diferentes
medios de comunicación, que este año han cubierto la fiesta, varios de ellos
con conexiones en directo.
Se mantiene por tanto más viva que nunca esta
tradición centenaria que durante más de quinientos años (la de este ha sido la
526) llevan compartiendo las ciudades de Guadix y Baza. Según cuenta la
tradición, el origen de esta historia se encuentra en Juan Pedernal, un
accitano que estaba trabajando en el término municipal de Baza y que al dar un
golpe en el desarrollo de su labor encontró la imagen de una Virgen que desde
entonces se conoce como Virgen de la Piedad. Este hallazgo motivó un pequeño
conflicto, porque su artífice consideraba, al ser él de Guadix, que la imagen
debía llevarse a su ciudad. Mientras que había quienes alegaban que, al haberse
encontrado en Baza, debía de permanecer allí.
El asunto tuvo que resolverse en los
tribunales y finalmente se determinó que la imagen se quedaría en Baza pero que
podría llevarse a Guadix si un emisario fuese capaz de llegar hasta el Templo
de la Merced sin mancharse. Desde entonces un emisario accitano, el
Cascamorras, intenta en vano cada 6 de septiembre recuperar la imagen, porque
nunca es posible llegar sin pintar desde las afueras de Baza al Templo de la
Merced. Por eso es también recibido por sus paisanos con pintura y agua a modo
de represalia a su regreso a Guadix el día 9 de septiembre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario