El próximo
8 de Noviembre a las 19:30 horas se presenta la nueva obra de Antonio Lara
Ramos “Cae la ira” en el patio de la Escuela de Arte de Guadix. La presentación
del acto correrá a cargo del director de la Escuela, D. Miguel Ángel Gómez
Mateos y presentará al autor el poeta accitano D. Miguel Ángel Contreras.
Un retazo
de la historia reciente a través de los silencios de ojos apesadumbrados, de
los murmullos temerosos de los vencidos, de la gorra en la mano con la cabeza
gacha, de historias de “buenos y malos”... , a través de la palabra oída que
dista, a veces, mucho de lo que recogen los libros de Historia: “Cae la ira”.
Según
Antonio Lara Ramos “Cae la ira” fue fraguándose como idea lentamente. Antes la
precedieron ciertas historias y relatos escuchados años atrás en el entorno
familiar sobre vivencias y calamidades durante los tristes años de la posguerra
española. Primero quedaron como meros apuntes o curiosidades, hasta que se
fueron ensamblando y conectando entre sí en una idea más global, que es a la
postre la novela que nos ocupa. Con un título que pienso refleja gran parte del
sentir y el aire que se respiraba en aquel tiempo. La ira de aquellos años,
desatada anteriormente en la guerra civil, no había desaparecido de los
sentimientos que dominaban las relaciones entre españoles. Como pulsión humana
que es, se mantuvo instalada en el devenir de la vida diaria de las familias y
los habitantes de pueblos y ciudades, para venganza de unos y sufrimiento de
otros”.
“La novela
es el producto de un proceso de reflexión, el que conlleva todo trabajo
intelectual; por tanto, al final de ese trayecto, al menos para mí, toda la
novela termina respondiendo a mis expectativas, a las que aspiraba llegar según
daba cada paso en el proceso de creación. En esta idea es donde resaltaría el
valor de la novela, en la solidez argumental y narrativa lograda en el conjunto
de la obra. Para mí, como autor, es fundamental que el lector que se aproxime a
su lectura encuentre que la historia tiene la misma intensidad narrativa desde
el principio hasta el final, sin necesidad de introducir ningún elemento de
misterio que deba desvelarse cuando la obra esté en sus últimas páginas. No he
querido que fuera así. La obra en su totalidad debe despertar la curiosidad del
lector en cada una de sus líneas. De hecho, el suceso más llamativo que se
narra, que pudiera ser el asesinato del alcalde del pueblo, queda desvelado en
la primera línea de la novela.”
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