El patio del Ayuntamiento de Guadix
acogía en la tarde de ayer miércoles 21 de noviembre un participativo acto de
presentación del proyecto de recuperación de la Alcazaba con cargo al 1’5%
cultural. Participativo en un doble sentido: tanto por el número de asistentes
como por la interactuación que se estableció, ya que fueron muchas las
consultas que se plantearon por parte del público. La presentación corrió a
cargo de la arquitecta responsable del equipo redactor del proyecto, Isabel
Bestué, que estuvo acompañada por el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de
Guadix (en la mesa estuvieron la alcaldesa accitana, Inmaculada Olea Laguna, y
los concejales de Urbanismo y Patrimonio, Iván López Ariza y Eduardo Jiménez).
Una de las cuestiones que quedó
clara es que, una vez iniciadas las obras y desde el momento en que la
seguridad esté garantizada, la Alcazaba podrá por fin visitarse. Así se recogía
en los pliegos, estableciéndolo como un requisito a contemplar por las empresas
concurrentes en el proceso de adjudicación de las obras. Se da cumplimiento así
al objetivo marcado desde el primer momento: que la Alcazaba sea recuperada
para la ciudad.
El proyecto de recuperación de la
Alcazaba con cargo al 1’5% cultural sigue avanzando y se encuentra ahora mismo
en pleno proceso de licitación de las obras. Las empresas tenían tiempo de
concurrir hasta el pasado 19 de noviembre. La previsión es que las obras puedan
iniciarse a principios de año, cumpliendo ese objetivo marcado por el
Ayuntamiento de abrir la Alcazaba por obras. Es decir, que mientras se
desarrolle la intervención sea posible visitar la Alcazaba y ponerla así en
valor para los visitantes, pero sobre todo para la ciudadanía tras un largo
periodo en el que el recinto ha estado cerrado.
El proyecto contempla dos
actuaciones fundamentales: la recuperación de todo el perímetro y también del
acceso al recinto desde la zona noreste que da a las calle Muralla y Amezcua.
Se prevé además en la zona de San Miguel una recuperación y estabilización del
derrumbamiento de parte de la muralla que se produjo en esa zona. Y en la zona
sur, la consolidación del frente de ese lugar de forma que se puedan reconocer
esos restos y poner en valor lo que queda de ese acceso en época de la
ocupación napoleónica. Todo ello a través del establecimiento de una zona de
actuación, otra de excavación y de una serie de catas arqueológicas para
recuperar su fisonomía original.
En palabras de la arquitecta, lo que
se pretende es eliminar aquellos elementos que han contribuido a tener una mala
conservación del monumento (lienzos posteriores, recubrimientos, cerramientos,
acumulamientos de tierras…) para dar esplendor a la Alcazaba y revalorizar el
recinto. Se empezará por tanto en esa zona noreste, donde se sabe por las
excavaciones que existía un doble torreón y una puerta central. Por eso se va a
ampliar la excavación en esa esquina noreste para recuperar ese acceso y
diseñar una plataforma que pueda recorrerse, de forma que el 1’5% cultural
repercuta en la población convirtiendo esta actuación en una especie de
laboratorio arqueológico donde se hagan las actuaciones previstas y al mismo
tiempo se pueda visitar. La intervención permitirá además establecer las bases
para futuras actuaciones tal y como obliga este tipo de programas.
En concreto, con este proyecto se
prevé recuperar ese frente de la zona noreste y ese acceso (permitiendo aflorar
torres y lienzos perdidos), recuperar la altura de la muralla, recuperar la
puerta y habilitar un acceso a través de escalera y plataforma elevadora, así
como poner en uso esa explanada donde no
se ejecuta ninguna actuación porque queda como reserva arqueológica. La
accesibilidad universal es una preocupación fundamental en todo el proceso (de
ahí la importancia de la plataforma elevadora). Y se completará la actuación
con una iluminación artística.
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