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martes, 20 de febrero de 2018

José Infante ofrece una lectura poética en el Aula Abentofail de este mes de febrero



La cita será el viernes día 23 a las ocho de la tarde en el Palacio Julio Visconti


El poeta, escritor y periodista José Infante estará presente este viernes en la sesión número 136 del Aula Abentofail de Poesía y Pensamiento correspondiente al mes de febrero para realizar una lectura poética de su obra, caracterizada por su intensidad emotiva y honda humanidad, así como por su musicalidad interna y brillantez imaginativa, tal y como se destaca en el programa de mano. La sesión tendrá lugar a las ocho de la tarde de este viernes 23 de febrero en el Palacio Julio Visconti.

Esta cita mensual con la cultura se viene celebrando en Guadix desde el año 1999 bajo la dirección del escritor Antonio Enrique y con la organización de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Guadix que encabeza Beatriz Postigo Hidalgo. La cita será como siempre el último viernes del mes y, como es habitual, estará abierta a todo el público que desee asistir. Constituirá sin duda una ocasión única para escuchar y entablar diálogo con el autor invitado.

Más información sobre José Infante (extraída del programa de mano del Aula)
Nacido en Málaga en 1946, estudió Derecho, Filosofía y Letras y Periodismo en las universidades de Granada y Complutense de Madrid. Diplomado por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza. Poeta, escritor, periodista, antólogo. Como poeta ha publicado Imágenes sucesivas (1970), Uranio 2000, poemas del caos (1971), Elegía y No (1972), La uva duodécima (1976), La nieve de su mano (1978), El artificio de la eternidad (1984), El don de lo invisible (1992), Lo que queda del aire (1993), La arena rota (1998), La arena rota y otros poemas (2003), La casa vacía (2004), Días sin música (2005), Sin orden ni concierto (2006), Daños colaterales (2009), El dardo en la llaga (2010) y La libertad del desengaño (2014). Poesía (1969-1989) y Elegías y meditaciones (2009 y 2016) constituyen las antologías de este poeta, considerado uno de los más destacados surgidos en Andalucía a partir de la década de los 70.

Traducido al inglés, sueco, francés e italiano, entre otras, y profusamente antologado, a él mismo se deben importantes compilaciones como Antología de la poesía espiritual española (1985), Antología de los poetas del 27 (1985) o España paso a paso, Andalucía (1986), así como ensayos de diversos autores y textos tan reveladores como la Autobiografía del desconsuelo (1995 y 2005). En el ámbito de la instrospección histórica, es de destacar su Victoria Eugenia de Battenberg, un amor traicionado (2003).

Residente en Madrid desde 1972 (hasta fecha reciente en que recuperó su Málaga natal), colaboró activamente en diversos medios nacionales
de prensa escrita, así como en prestigiosas revistas literarias (Signos, Turia, Barcarola, Atlántica, etc.). Y desde 1974 a 2007, su actividad se volcó en Televisión Española, como redactor, guionista, ayudante de dirección y subdirector (Documentos Tv, Informe Semanal, Dominical Informativo…), debiéndose a su dirección programas especiales memorables, sobre autores como Gerald Brenan o Robert Graves, así como acerca de Don Juan de Borbón o el rey Juan Carlos.

Premio Adonais en 1971, otros muchos reconocimientos le fueron otorgados a su obra: Beca Juan March (1980), Ciudad de Melilla (1984), Cáceres, Patrimonio de la Humanidad (1997), Aljabibe (2005), José Hierro (2005), Ricardo Molina (2008), Ciudad de Zaragoza (2013), así como el Andalucía de la Crítica de poesía (2005). Académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo desde abril de 2012, en 2015 le fue concedida la Medalla de Oro del Ateneo de Málaga, así como, al año siguiente, el premio Ciudad de Cabra a toda una vida de dedicación y entrega a la literatura.

Intensidad emotiva y honda humanidad, musicalidad interna y brillantez imaginativa son algunos de los rasgos que caracterizan su obra poética.

Un poema de José Infante

El mundo de la noche

A Leopoldo Alas, in memoriam.

El mundo de la noche no tiene casa.
Es solo niebla y música estridente.
Está lleno de sombras y de miedos,
que tratamos de paliar con el alcohol
y con las drogas, un canuto de maría,
una raya furtiva en los lavabos,
un porro, algún chupito de ron
que es tan caliente y que ayuda a pasar
la noche oscura. Mientras la alegría
y la locura se apoderan de las pistas
de baile y de las discotecas de moda,
el mundo que está fuera continúa
mísero y triste y el hambre y la injusticia
siguen reinando en todas partes, ante
la indiferencia de todos los que huyen.
Luego, cuando amanece, siempre
te quedas solo. Como antes estabas.
Antes de habitar el laberinto siniestro
de la noche, su falsa sensación
de que tú estás a salvo, a salvo
de la ira de los hombres
como escribió antes de irse Leopoldo.
Él se marchó y nos dejó más solos,
más vulnerables a los peligros
de esa terrible fosa que nos amenaza
y en cuyas fauces acabaremos todos.


De La libertad del desengaño.

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