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Castril

Castril, Río, Parque Natural y Conjunto Histórico Artístico


            Castril es un bello pueblo serrano localizado al norte de la provincia de Granada, en el límite del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas. Se asienta sobre una peña que domina toda la población, y donde es posible encontrar vestigios de una antigua fortaleza medieval. Su cuidado casco histórico y la belleza de su caserío le han valido la catalogación de Conjunto  histórico artístico.
            La visita a Castril está justificada por muchos motivos, si bien su mayor atractivo se localiza en su sierra y su río, su gran valor ecológico le valío la declaración como Parque Natural de Castril en el año 1987.
            Muy pocos lugares pueden presumir de contar en su término municipal con un Parque Natural, un Monumento Natural y un Conjunto histórico, por lo cual ha sido reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España.

Pasarela del Río Castril

            No podemos irnos sin pasear junto al Río Castril y su pasarela, para llegar hasta ellos, tomaremos la calle Nueva del Rio hasta el final, el río saldrá a nuestro paso, cruzaremos el puente e inmediatamente encontraremos una zona de amplio aparcamiento y merenderos en los que podemos traer nuestra propia comida. Iniciamos nuestra ruta, esta zona es conocida como  “ El Paseo de la Voz Dormida”, donde nos reciben unas palabras de José Saramago, escritor que amó profundamente este precioso rincón serrano.

La Arboleda Perdida

Muchos años después, cuando mi abuelo ya se había ido de este mundo y yo era un hombre hecho, llegué a comprender que mi abuela, también ella, creía en los sueños. Otra cosa no podía significar el que, estando sentada una noche, ante la puerta de su pobre casa, donde entonces vivía sola, mirando las estrellas mayores y menores de encima de su cabeza, hubiese dicho estas palabras: "El mundo es tan bonito y yo tengo tanta pena de morir". No dijo miedo a morir, dijo pena de morir, como si la vida de pesadilla y continuo trabajo que había sido la suya, en aquel momento casi al final, estuviese recibiendo la gracia de una suprema y última despedida, el consuelo de la belleza revelada. Estaba sentada a la puerta de una casa, como no creo que haya habido alguna otra en el mundo, porque en ella vivió gente capaz de dormir con cerdos como si fuesen sus propios hijos, gente que tenía pena de irse de la vida sólo porque el mundo era bonito, gente, y ese fue mi abuelo Jerónimo, pastor y contador de historias que, al presentir que la muerte venía a buscarlo, se despidió de los árboles de su huerto uno a uno, abrazándolos y llorando porque sabía que no los volvería a ver.

                                                                       José Saramago


            Seguiremos  andando hasta llegar a la altura de la antigua fábrica de luz, aquí se inicia un sendero compuesto de pasarelas formadas con antiguas traviesas de ferrocarril, empotrado sobre la pared rocosa para salvar el Río Castril. El lugar es de una belleza sobrecogedora, incrementado por el contacto con el río, que violento continúa su curso. Abandonamos la pasarela y continuamos sobre terreno natural hasta llegar a un puente metálico, al cruzarlo nos encontramos con una galería horadada en la roca, a mitad de esta “cueva” encontramos un balcón desde donde divisamos unas vistas espectaculares de una de los saltos de agua que forma el río, desde aquí el sendero desciende suave hasta otro puente metálico que nos permite cruzar a la otra orilla del río donde encontramos un antiguo molino rehabilitado, El Molino de la Cerrada, podemos visitarlo o tomar algo mientras nos sentimos arrullados por el sonido del agua que impasible continúa con su fluir.

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